Nunca llueve eternamente.

A veces poeta, dramaturgo, guionista, cineasta, pero tristemente humano.

La navidad según mi raciocinio

Ayer, un 25 de diciembre, fue navidad. Es normal pensar que entre estas fechas nació el niño Jesús en Belén, Judea, pero según la biblia no hay fecha de este acontecimiento –a ciencia cierta- se sabe que los Reyes Magos se guiaron de la emblemática estrella más no por ninguna fecha que ya estaba destinada a ser el día de nacimiento. Se afirma entre otras cosas, que Jesús creció en Nazaret, Galilea actual Palestina,  como de su bautizo en el río Jordán. No hay datos exactos sobre estos acontecimientos, en especial el nacimiento.  Los representantes de la Iglesia Católica –principalmente- y del Protestantismo hicieron una serie de especulaciones y rumores no descubiertos a plenitud, hoy por hoy, forman parte de la idiosincrasia de nuestros pueblos. Dichos mitos preestablecidos por la Iglesia Católica han sido expuestos a un rebaño desconcertado para adormecer la mentalidad de sus corderos, especialmente de la gente más humilde, las ideas ortodoxas religiosas han sido indispensables para formar los pueblos. La historia nos demuestra, el Catolicismo fue esencial para el proceso de conquista e invasión, entre ellas las cruzadas, el ganar territorio de los pueblos ofreciendo la victoria con la gloria al todopoderoso y sin olvidar el vaticano con toda esas sobre ganancias que contrae personificadas en el papa, tan solo ver la vestimenta exclusiva de armiño hace que sea una asociación genocida. Luego el Protestantismo, en su diversidad de manifestaciones y que sigue jugando un papel en el adormecimiento de nuestra población. No olvidemos  el capitalismo y todo su consumismo, aspira a obtener lucro siendo un total oportunista de la fe, aunque los medios usados no son del todo convencionales, y una de ellas es la navidad y todo el rollo del papá Noel inventado por el ‘’creador de la felicidad’’.
 En 1931, Coca – Cola le da su actual aspecto comercial (alto, más gordinflón, simpático, bonachón, de ojos pícaros, chispeantes y amigables con el pelo cano, barba y bigote bancos sedosos), precisamente para una campaña netamente publicitaria, la vestimenta mantuvo los colores rojo y blanco de la compañía pero la forma fue más elegante y lujosa, esto fue encargado por el ilustrador Haddom Sundblom, quien remodela  al Santa Claus de Nast. Pero esto es solo publicidad que impone EE.UU. La verdadera inspiración radica en Turquía, una ciudad romana, donde un joven llamado Nicolás da origen a todo. Nicolás de Bari nace cerca del año 280 en Patara, una ciudad del distrito de Licia, en la actual Turquía. Desde muchacho a raíz de la prematura muerte de sus padres por la peste europea de la época, regala sus bienes entre lo más necesitados, entra como sacerdote a la temprana edad de 19 años. Su fama de repartidor de regalos fue influenciada en la anécdota con un pobre hombre,  padre de tres hijas y al no poder casarlas Nicolás entra por una chimenea y pone oro dentro de las medias de las muchachas que colgaban en la chimenea para secarse. A fines del siglo XIX y principios del XX la costumbre del San Nicolás fue reinventado en Nueva York, y se extiende por toda Europa hasta llegar a nuestros pueblos con una creación comercial estadounidense.
Inventar la navidad, Santa Claus –bajo el pretexto del nacimiento de Jesús-, es algo que los cristianos deben recordar que en su sagrado libro no existe nada de eso, ni celebrar fiestas patronales en los distintos pueblos, adorando a un sin número de vírgenes, crear procesiones, inventar misas (habladas y más pago si son cantadas), y entre otras cosas forman una serie de rituales para hacer negocio.
Es por ello, que la navidad se ha convertido en una fiesta pagana, de fingir felicidad y unión familiar; como muchos otros acontecimientos espirituales. Si los cristianos quieren celebrar su navidad, que sea sin falsos regalos (robotizados y a pilas), sin Papá Noeles (lo peor es ver Mamá Noeles), sin renos (ahora tienen varios nombre como Rodolfo), sin chocolate calientes (estamos en verano), sin el consumismo exagerado del panetón (lleno de grasa y ahora hay de chocolate), del pavo (criado artificialmente), las luces (Hindrandina hace su agosto), y ropa descartables (con descuentos para vender más) que te ofrecen las grandes tiendas por departamento. 
Los que celebran la navidad, deben tener en cuenta este materialismo ya que estarían perdiendo su esencia, ahora en estos tiempos, se ha convertido en un mero evento frívolo y mundano. Y a decir verdad, lo que más hablan de navidad y del nacimiento de Jesús en las calles son los que usan para vender sus productos comerciales. Respeto los dogmas católicos –fui criado bajo esa modalidad- pero no se debe faltar el respeto con ese aprovechamiento, por eso estoy en contra de esa falsa navidad. Que la nueva navidad sea una oportunidad de reflexión de nuestras vidas, para corregir los errores que hemos hecho en todo el año que se va, y corregir nuestros defectos para que cada día seamos mejores personas útiles para una sociedad que cada vez cae en su lucha de justicia, igualdad y prosperidad.