La minería nunca ha sido un factor de desarrollo, al contrario es todo un sistema lucrativo dentro de un círculo vicioso que el Estado poco o nada de peso tiene ante tanto poder transnacional.
Solo un 1.5% de los peruanos
trabaja en las minas, es un error decir que la minería da mucho trabajo a los
peruanos. También es un error decir que un reservorio de agua puede sustituir a
cinco importantes lagos (El Perol, Azul, Chica, Mala y Empedrada) de la región de Cajamarca. Entre otras cosas
más, estamos siendo invadidos por un sistema neoliberal que nos consume por una
palabra llamada capitalismo en su máxima expresión. Da igual si se destruye
lagunas hermosas, si se contamina el agua para beber, si se destruye la
vegetación natural y se extinguen animales en su hábitat. Son muchas razones
del porqué el proyecto de Newmont - Yanacocha no puede ser aceptado por
Cajamarca. Empecemos desde el inicio. ¡Vamos con Ollanta! Yo no vote por nadie.
Campaña electoral, el presidente Humala prometía que
el agua de las lagunas de Cajamarca era intangible bajo la frase ‘Agua sí, Oro no’. Meses después que
subió al poder Humala apoyó la ejecución del gigantesco proyecto aurífero y
ante eso despertó las críticas del marxista presidente de Cajamarca, Gregorio
Santos y pronunciamientos del teólogo Marco Arana.
El proyecto Conga es inviable porque las hermosísimas
lagunas El Perol y Empedrada serán convertidas en un gigantesco cráter y las
demás lagunas en botaderos de desmontes mineros.
Conga es inviable ecológicamente porque la destrucción
directa e inmediata del medio ambiente, aniquilará las importantes
funciones de las regiones jalca de
Celendín y otras provincias; el ruido y el transportes de las rocas en
vehículos de gran tonelaje alejarán a todas las especies de fauna además de la
destrucción de toda la flora en esa área. Por otro lado es inviable socialmente
porque destruirá directamente más de 3,000 h. de tierras dedicadas al pastoreo
y a la agricultura, principalmente, reduciendo, la cuenca lechera de Cajamarca.
Conga constituye un atentado de seguridad alimentaria a nuestros pueblos
andinos y a la soberanía alimentaria de nuestro país, así como, el agua
intoxicada que beberán todo el ganado.
Finalmente, todos los daños económicos que ocasionarán en el
agua, en los demás recursos naturales, en los ecosistemas, las actividades
productivas y en las relaciones sociales, culturales y comunitarias superarán
con creces los supuestos beneficios económicos. Esos daños y perjuicios no han
sido valorizados y en Lima todo es un falso teatro donde el presidente y sus
peritos sobre pagados son los personajes principales. De un gobierno de izquierda a uno de derecho hay un solo paso y ese paso se llama: ¡Conga va!