Hoy fui a ver el mencionado filme nacional. Daré la razón a
Martha Hildebrant, el taquillero nombre comercial va contra toda regla
gramatical española. ''La falta de cultura en la juventud es espantosa y yo no
me espanto del lenguaje popular, porque e s “Pasu madre”, que a su vez es “Para
su madre'', aclaró la lingüista.
El cine promedio peruano es un cine que desde mi punto de
vista narrativo, tiene sus plot points, tiene su punto medio, su anagnórisis,
su clímax; en otras palabras, cada diez minutos o menos el espectador está
sumergido a una secuencia de palabras vulgares -esto lo tiene muy en claro los
creadores de ''Asu mare''. El espectador está constantemente estimulado por ese
giro, y se acostumbra a digerir. De manera que si un filme nacional no maneja
ese modelo narrativo, ni estilístico sino, que de lo contrario, el público
normalmente va a rechazarlo porque no es a lo que está acostumbrado. Es una
lástima, es el facilismo del humor. Cada vez que el protagonista principal
''Cachín'' contaba una anécdota acompañada de un lenguaje soez, sus gags eran
éxitos rotundos. Esto se asemeja a nuestra televisión mediocre, tranquilamente
encaja en el mismo saco negro de la serie ''Al fondo hay sitio''. Es una pena
también, el simple hecho que la taquillera película sea todo un ejemplo a
seguir. Nuestro cine está en decadencia hace mucho tiempo, está muerto, sigue
sin evolucionar. Sin esa cuota de creación visionaria, de fantasía, de
genialidad. Hay tan poca imaginación que un BIOPIC sacado de un stand up, ha
sido el filme peruano más exitoso, batiendo récord a nivel nacional. Esto es
preocupante, una autobiografía con un buen manejo de marketing hasta el tuétano
refleja la limitación imaginación de los directores y productores que apuestan
por ese tipo de cine.

La palabra exacta ante el fenómeno de ''Asu mare'' se llama
Marketing. Pero, de eso trata: de descubrir y satisfacer las necesidades de un
grupo de consumidores. Es atroz que este tipo de consumidores
predomine en mi querido país. Datos para la anécdota, más de 35 mil entradas
antes de su estreno, según los medio supera las cifras logradas por las
supertaquilleras Harry Potter, Star Wars, La era del hielo, Avatar, entre
otras.
La gran demanda que viene acompañado este paquete, que por
cierto, ha generado unas jugosas ganancias para los productores del mencionado
filme, poco usual para una película peruana, abre la pregunta sobre si estamos
ante un despertar del cine nacional o se trata de un caso aislado por un
personaje popular y harta dosis de marketing; se pregunta Luis Quintanilla.
Para finalizar, debo decir que me sentí fulminado por la
agresiva publicidad de la cerveza Brahma y de la gaseosa Inca Cola; la pregunta
del millón... ¿Esas empresas que no son peruanas, en verdad, apoyan justamente
al cine peruano? O, sólo esperan coger una tajada redonda del éxito
publicitario del filme.