Para pocos bichos raros –me incluyo en esta especie- el
arte es la creación estética de la
realidad, mediante un proceso de intuición y contemplación. La estética
artística consiste en la creación de valores estéticos en correspondencia con
rasgos que producen impresiones de agrado, deleite, armonía y goce. Desde esta
perspectiva, el arte se libra de todo compromiso social, político o ideológico.
Amo el arte, si tuviera otra religión aparte de mi deísmo, sería el arte en su
máxima expresión. Yo he aventurado en el arte teatral -confieso que no es mi
fuerte en el quehacer artístico, prefiero el verso y la prosa-, empero, mi
teatro se ha posicionado en el lado humano conmovedor, dolor, sensibilidad,
alegría efímera y soledad existencial, en suma, la esencia de la vida. Yo no
mal gasto una obra por el mero entretenimiento, a priori, la necesito para hacer reflexionar y plasmar ese lado
humano de la vida. La literatura y el teatro van de la mano, en esta última,
los personajes se articulan y enlazan a través del diálogo, monólogo y el mimo
(o a veces teatro mudo), movimientos, gestos y acciones. Desde la Grecia
antigua el teatro ha generado diversas
especies entre ellas es la tragedia que es de tono y estilo elevados, en suma,
es la mimesis de un acción extraordinaria, noble, eminente en la que los
héroes, semidioses, reyes, ilustres personajes, a través de la piedad o el
temor, producen en los espectadores compasión, dolor y ternura.
En el la otra cara, esta la comedia, de tono festivo en la cual despliega sátira, ironía y burla. Esta especie representa algún aspecto de la vida humana, especialmente los errores, defectos y vicios sociales con el fin de corregirlos o exagerarlos, muchos consideran –entre ellas me incluyo- a Charles Chaplin, un icono representativo de este sub-género por su influyente aparición en el cine mudo y la fuerza creadora de hacernos reír cuando estamos sumergidos en un mar de lágrimas. Finalmente, tenemos el drama que desarrolla un conflicto afectivo y doloroso de la vida humana y en la que las acciones de los personajes se sujetan a sucesos interesantes y conmovedores. Un claro ejemplo del arte teatral asociado a la literatura es la de Hamlet, Romeo y Julieta y el Reay Lear de William Johammis Shakespeare, él mejor que nadie refleja el arte teatral como esencia de la vida y refleja lo positivo y negativo del ser humano: virtudes, pasiones, sentimientos y sus personajes ya no son movidos por el destino, sino por sus propias pasiones, su carácter o el mundo que los rodea.
En el la otra cara, esta la comedia, de tono festivo en la cual despliega sátira, ironía y burla. Esta especie representa algún aspecto de la vida humana, especialmente los errores, defectos y vicios sociales con el fin de corregirlos o exagerarlos, muchos consideran –entre ellas me incluyo- a Charles Chaplin, un icono representativo de este sub-género por su influyente aparición en el cine mudo y la fuerza creadora de hacernos reír cuando estamos sumergidos en un mar de lágrimas. Finalmente, tenemos el drama que desarrolla un conflicto afectivo y doloroso de la vida humana y en la que las acciones de los personajes se sujetan a sucesos interesantes y conmovedores. Un claro ejemplo del arte teatral asociado a la literatura es la de Hamlet, Romeo y Julieta y el Reay Lear de William Johammis Shakespeare, él mejor que nadie refleja el arte teatral como esencia de la vida y refleja lo positivo y negativo del ser humano: virtudes, pasiones, sentimientos y sus personajes ya no son movidos por el destino, sino por sus propias pasiones, su carácter o el mundo que los rodea.