Empezaré
testimoniando que con el fin de impulsar el arte trujillano en sus diversas
manifestaciones, se llevó a cabo las primeras sesiones culturales del grupo
‘’Poesía de viernes’’. Dichos eventos fueron llevados a cabos en el café art
Picasso, de la ciudad norteña. Cada velada poética con música en vivo de jazz, acompañada de proyecciones cinematográficas, por obras de teatro,
conferencias ilustrativas; siempre teniendo la consigna de recobrar el nuevo
quehacer artístico en nuestra sociedad.
La participación del espectador era vital e importante, por eso, se interactuaba con el público mediante sesiones intermedias de ‘micrófono abierto’ donde cualquiera podría ir al escenario y recitar u ofrecer algún punto de vista. Por otro lado, se promovió el café-teatro, ya nos decía Arthur Miller que el teatro no puede desaparecer por que es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma; por eso se innovo la participación de los actores con el espectador siendo el mismo participante de la misma obra, es priori considerar la gran aceptación de público en estas presentaciones.
La participación del espectador era vital e importante, por eso, se interactuaba con el público mediante sesiones intermedias de ‘micrófono abierto’ donde cualquiera podría ir al escenario y recitar u ofrecer algún punto de vista. Por otro lado, se promovió el café-teatro, ya nos decía Arthur Miller que el teatro no puede desaparecer por que es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma; por eso se innovo la participación de los actores con el espectador siendo el mismo participante de la misma obra, es priori considerar la gran aceptación de público en estas presentaciones.
El séptimo arte no fue excluido de hacerse notar, se proyectaron películas de Charles Chaplin, Luis Buñuel, Orson Welles y Michel Curtiz. Este pequeño cine-club fue el placer para aquellos cinéfilos que vieron pasar por su ciudad grandes películas clásicas que siempre se escondían el alguno local donde lo proyectaban y era un gusto privilegiado en tiempos de antaño.
En el lado poético, la aparición de jóvenes trujillanos fue una gran revelación artística; en estas veladas llovían versos de Jorge Luis Borges como brotes de belleza, lo versos de César Abraham Vallejo como valor de identidad regional, los versos de Alejandra Pizarnik como delirios de locura, los versos de Julio Cortázar como inspiración creadora; tan solo por mencionar algunos. Los poetas condensan una sensibilidad impetuosa y son el mejor antídoto para esos alcaldes que buscan ganar páginas en los diarios locales haciendo gala a su poder político cambiando de lugar los monumentos o pintando de azul y rojo toda obra donde caiga su letra ''A''.
Falta
más participación, más motivación, mayor trabajo de impulsar de los eventos
culturales.Se busca ser el conducto ideal para salir de
esa monotonía agobiante, de la rutina y de
la continuidad de los días, el viernes era una salidas para aquellas
personas que quiere hacerse expresar, de ser escuchados, de respirar arte y ser
ente de liberación que hace tanta falta en nuestra ciudad trujillana. Se agradece al café art lounge ''Picasso'' y al teatro municipal de Trujillo por impulsar los eventos artísticos y permitir que los jóvenes poetas, actores, futuros artistas se hagan de un lugar en la movida cultural de una sociedad que. hoy por hoy, aun no pierde la esperanza.